Sobre mí

        No puse una foto mía,  pero si no me conoces en persona, 
más o menos me veo así. 



 ¡Hola! Soy Fanny. 


Soy una Aries que la mayoría de las veces no parece una. Cuando era niña tenía un cuaderno lleno de cuentos y dibujos escritos por mí. Mi primer libro, creo. Desde pequeña me interesaba, junto con mi hermana, crear diferentes mundos, personajes e historias. Me enamoré de la poesía y he escrito diferentes cosas desde que aprendí a hacerlo.  Una vez Grant Morrison escribió en ese libro de Supergods que vivimos en las historias que nos contamos, y no podría estar más de acuerdo con él en eso. 

 Terminé en la carrera Comunicación y Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México por muchos motivos; la promesa de curiosidad, versatilidad, pero sobretodo, aprender a comunicar los mensajes que tengo. Últimamente me he estado involucrando en la fotografía, pero sigo aprendiendo. Me gusta dibujar y pintar, pero tampoco tengo tanta habilidad aún. También me gusta mucho la astronomía, pero en modo amateur. Lo mío es contar historias, de la manera que sea. Me inspira el arte -de muchas formas-, la fantasía, la mitología, la ciencia ficción, el horror… la lista es larga. 

Comencé este espacio porque como siempre, quería expresar muchas cosas, pero las redes sociales son muy limitantes. Cuatrocientos caracteres de un tweet no me van a bastar para dejar todo mi sentir ni mi pensar. Un minuto de video tampoco. En algún momento, se nos fue quitando nuestro derecho de decir todo lo que necesitemos, sin importar cuánta gente lo va a leer o cuantas palabras puedes usar. Nos empezaron a contar las palabras como si fueran un valor de cambio. Si queremos ser vistos, hay que ser breves y entretenidos, o eso nos han hecho creer. Las redes sociales están haciendo de nosotros algo fugaz, pusieron límites y cifras a nuestros pensamientos, nos condicionaron el afecto y nos pusieron una fecha de caducidad en la que ya no somos lo suficientemente relevantes, y nos obligaron a pelear por ese lugar.  

Un blog se escapa de muchas de esas condiciones: puedes escribir (casi) todo lo que quieras, tampoco tienes que preocuparte por cuantos corazoncitos recibes, ni por mantener ninguna relevancia. Lo más importante es que te da la oportunidad de leer y de escribir páginas completas, y me encanta tener esa oportunidad. Hay que dejarnos enredar otra vez en frases largas, en kilómetros de palabras que extienden miles y miles de conversaciones distintas. Hay que celebrar cada espacio que tengamos, llenarlo con lo que queramos sin preocuparnos por lo que va a decir alguien más. Dejémonos seducir por la imaginación ilimitada y sus posibilidades. 

Espero que disfrutes de este espacio tanto como yo estoy disfrutando haciéndolo. Ven como eres. 

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